miércoles, 24 de abril de 2013

Apocalipsis, I

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... La extinción de la raza de los hombres se sitúa aproximadamente a fines del siglo XXXI. La cosa sucedió así: las máquinas habían alcanzado tal perfección que los hombres no necesitaban comer, ni dormir, ni leer, ni escribir, ni siquiera pensar. Les bastaba apretar botones y las máquinas lo hacían todo por ellos.
... Gradualmente fueron desapareciendo las mesas, los teléfonos, los Leonardo da Vinci, las rosas té, las tiendas de antigüedades, los discos con las nueve sinfonías de Beethoven, el vino de Burdeos, las golondrinas, los cuadros de Salvador Dalí, los relojes, los sellos postales, los alfileres, el Museo del Prado, la sopa de cebolla, los transatlánticos, las pirámides de Egipto, las Obras Completas de don Benito Pérez Galdós. Sólo había máquinas.
... Después los hombres empezaron a notar que ellos mismos iban desapareciendo paulatinamente y que en cambio las máquinas se multiplicaban. Bastó poco tiempo para que el número de los hombres quedase reducido a la mitad y el de las máquinas aumentase al doble y luego al décuplo. Las máquinas terminaron por ocupar todo el espacio disponible. Nadie podía dar un paso, hacer un simple ademán sin tropezarse con una de ellas. Finalmente los hombres se extinguieron.
... Como el último se olvidó de desconectar las máquinas, desde entonces seguimos funcionando.

Marco Denevi: "Salón de Lectura", 1974.

martes, 16 de abril de 2013

Misterios (VII)

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... Hormigas. Seres comunitarios. Seres voraces. Seres intrépidos, infatigables, inevitables, invertebrados.
... Pesadillas de jardineros y mujeres amantes de las flores, esta especie es famosa por la capacidad destructiva de vegetación propia de su instinto. Marcan el césped con redes de caminos por los que llevan a su nido el botín obtenido en los períodos de saqueo.
... Todos ven estos senderos y saben lo que ocurrirá. Pero nadie hasta ahora ha observado que estos caminos, vistos en conjunto y desde arriba, forman símbolos que contienen las respuestas a las preguntas más profundas.

martes, 2 de abril de 2013

Canción

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... Surgen en líneas de negras vendas,
con el Asombro sobre la frente,
las insensatas, mudas Ideas,
como un galope de nuestros héroes.
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... Infla la hipérbole de los deltoides
la curva austera de una Amenaza,
soñando en lacre gritos o aullidos
sobre el decúbito de las razas.
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... La desmedida Comedia Blanca
pinta, entre risas, frío albayalde
sobre las lívidas caras enfermas,
en una brusca visión de baile.
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... Mancha de púrpura presagia el cielo
sobre el oriente de los naufragios,
y en El Espanto, las avanzadas
miran la aurora de un día trágico.
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... Acurrucada sobre los hielos
suelta la Angustia lívida risa,
mientras los muertos huyen del Polo
con la leyenda de sus pupilas.
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... Esta es la estrofa de ritmo extraño
que entona el pálido cantor del Hambre,
cuando cien garzas cruzan el frío,
sus blancas alas tintas en sangre.


Horacio Quiroga: Los Arrecifes de Coral, 1901.